lunes, 27 de enero de 2014

"Maria Antonieta " de Stefan Zweig



Stefan Z. (desisto de este apellido, siempre lo escribo mal y lo pronuncio peor) es una garantía de éxito.  Todo lo que ha caído en mis manos de él ha sido un disfrute.

En este caso disecciona la vida de su compatriota, la austriaca Maria Antonieta. Minuciosamente desmonta a la 'reina de la frivolidad' y nos brinda a una mujer de gran nobleza que va ensanchando su alma a medida que los acontecimientos se lo imponen.

Recrea la vida en palacio: fiestas, bailes, vestidos, protocolo cortesano, amistades peligrosas, unos  largos  siete años sin descendencia… y cómo ésta cala en la sociedad parisina. Pronto el descontento popular se mezcla con el azar y los nuevos cabecillas políticos dirigen su furia contra la monarquía.  Primero  de  forma contradictoria; con una tensión  amor–odio entre pueblo y monarcas. Luego sólo con odio.

La historia la conocemos, lo que nos muestra Stefan Z. , como novedad, es el perfil psicológico de la mujer que catalizó y precipitó los acontecimientos. Un corazón noble y ligero que sacó coraje, orgullo y grandeza en las horas dramáticas, cuando ya era tarde.

Saltan del texto muchas similitudes entre el panorama social y político francés de entonces y el de España de ahora. Sin ser  exhaustivos:  el asunto del collar y el caso Nóos, Versalles con su corte de privilegiados y la casta de políticos aforados, el asedio a las Tullerías y los movimientos post 15M para rodear el Congreso, hasta hay un símil entre las pelucas imposibles con motivos ornitológicos y hortofrutícolas y los absurdos tocados que se ven hoy por ahí… La historia se repite como la digestión de un pimiento rojo.

Aunque puede que lo primero (tal vez lo segundo, después de una cabeza rodando)  que nos evoque Maria Antonieta  sea  frivolidad y la elevación del adorno a la catagoría de fin (cosa que si uno hace con sus propios recursos, ganados honradamente, puede ser  un deleite), también la reina tuvo ocupaciones un poco más elevadas, como la música y el teatro. Dice Stefan Z. que la reina nunca leyó un libro (José Bono dijo lo mismo de Juan Carlos I hace poco), pero escribía una intensa correspondencia… Se nos revela como una persona sencilla en una turba de complejidad no del todo deseada. Creo que el autor tiene debilidad por el personaje y sabe transmitirla con sutileza al lector.

Injustamente este periodo en la corte de Versalles y todo su aparentoso afán han sido recordados por la historia como periodo Luis XVI, cuando la que imprimió carácter fue la austriaca María Antonieta. El rey era un hombre más bien bonachón, indeciso, aficionado a la caza y a los rudimentos de la forja y la cerrajería.

Los que le tengáis aprecio a vuestros cuellos preparaos porque desde el principio es inevitable sentir un hormigueo en el cogote. Por lo demás, disfrutareis muchísimo.

Autor: Carmen CCS



viernes, 24 de enero de 2014

Mis poemas preferidos ( V).Para los enamorados....

Desmayarse, atreverse....


Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho ofendido receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que el cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño,
esto es amor: quien lo probó lo sabe.

( Lope de Vega)



domingo, 19 de enero de 2014

"EL LUGAR MAS FELIZ DEL MUNDO" de David Jimenez

Mi primer hallazgo literario del nuevo año ha sido la obra de David Jiménez; corresponsal de El Mundo en Asia, escritor con varios títulos publicados (especial mención requiere su éxito internacional “Hijos del Monzón”) y ocasional colaborador de mi querida revista Jotdown.

Tuve la suerte de conocerle en mi reciente viaje a Camboya; se encontraba impartiendo una charla que tenía como temática principal “El viaje”. David nos habló sobre la importancia del retorno a los lugares visitados, enlazándolo con las vivencias plasmadas en su último libro, El lugar más feliz del mundo.

Esta obra, enmarcada dentro del reporterismo literario, es el resultado de sus crónicas como corresponsal cubriendo guerras, revoluciones y desastres naturales en el continente asiático durante los últimos quince años. El título alude a la forma en que la propaganda norcoreana se refiere al lugar que sufre una de las más crueles tiranías contemporáneas.

Las primeras líneas del libro contienen la clave del eterno conflicto del viajero:
Quizá hay lugares a los que no se debería volver. Los visitaste tiempo atrás, guardas un recuerdo de cómo eran, de cómo eras tú cuando estuviste en ellos, y al regresar te das cuenta que todo ha cambiado. El lugar. Tú. La nostalgia es una pésima compañera de viaje. Te distrae de lo nuevo. Te arrastra a lo conocido. Y una vez allí te susurra con malicia: “¿Te das cuenta?” Nada permanece. “

Sabina cantaba que al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver. ¿O sí? El autor aboga por el retorno al lugar visitado como única forma de culminación del viaje. Volver, a pesar de que nunca volveremos a experimentar las mismas sensaciones vividas, quizás por el mero hecho de que buscamos encontrar algo que sólo encontraremos dentro de nosotros mismos… nuestros recuerdos. 

Sus suculentas crónicas recorren los más importantes sucesos acaecidos en el lejano oriente en estos últimos años. Sus viajes a la bella Birmania, secuestrada por una sanguinaria dictadura militar combatida únicamente a base de consignas pacifistas por sus gentes; entrevistas con los supervivientes de las cárceles de exterminio de Pol Pot en Camboya o a los últimos hibakusha, supervivientes de la bomba atómica de Hiroshima, eso entre otras muchas otras historias, algunas vividas como corresponsal de guerra en lugares en que el conflicto bélico se ha eternizado, como Cachemira, Sri Lanka o Afganistán.

Haciendo honor a su oficio, no resta ni un ápice de protagonismo a sus entrevistados, héroes y villanos. Él se mantiene prácticamente invisible; a pesar de ello, se vislumbra en él una inusitada sensibilidad hacia la condición humana y la consciencia de que la línea divisoria que separa el bien y el mal es, a menudo, menos nítida que las fronteras que los seres humanos nos empeñamos en levantar, convirtiendo repentinamente a vecinos en enemigos mortales.

Soy gran admiradora de las aportaciones a la literatura que han hecho grandes periodistas, sobre todo de las de Chaves Nogales, del que soy fan acérrima (ahora añado a mi lista personal a David Jiménez). Disfruto de la perspicacia, la precisión, la ausencia de florituras que proviene de forma genuina del estilo periodístico.

En la distancia corta, David Jiménez aún es, hoy por hoy, más periodista que escritor; le falta vanidad. Quizá tras haber visto lo que han visto sus ojos (muerte, desolación, guerras) haya aprendido, tal y como recomendaba Kipling, a encontrarse con el triunfo y el desastre y a tratarlo como dos impostores exactamente igual.

He disfrutado tanto con este libro, que nada más acabarlo lo he vuelto a empezar. Sólo una advertencia para los viajeros que lo leáis: empezad a ahorrar pues dan unas ganas incontrolables de descubrir el continente asiático (como viajero,no como turista).

Quizá no haya un lugar más feliz en el mundo que aquel al que aún se anhela regresar. 


 Autor: Violet


viernes, 17 de enero de 2014

Mis poemas preferidos ( IV): " Itaca" de Kavafis

ITACA


Cuando emprendas tu viaje a Itaca 
pide que el camino sea largo, 
lleno de aventuras, lleno de experiencias. 
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al colérico Poseidón, 
seres tales jamás hallarás en tu camino, 
si tu pensar es elevado, si selecta 
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. 
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes 
ni al salvaje Poseidón encontrarás, 
si no los llevas dentro de tu alma, 
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo. 
Que muchas sean las mañanas de verano 
en que llegues -¡con qué placer y alegría!- 
a puertos nunca vistos antes. 
Detente en los emporios de Fenicia 
y hazte con hermosas mercancías, 
nácar y coral, ámbar y ébano 
y toda suerte de perfumes sensuales, 
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias 
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Itaca en tu mente. 
Llegar allí es tu destino. 
Mas no apresures nunca el viaje. 
Mejor que dure muchos años 
y atracar, viejo ya, en la isla, 
enriquecido de cuanto ganaste en el camino 
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.

Itaca te brindó tan hermoso viaje. 
Sin ella no habrías emprendido el camino. 
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado. 
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, 
entenderás ya qué significan las Itacas.


C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid 1999.
Edición y traducción, Pedro Bádenas de la Peña


jueves, 16 de enero de 2014

Recomendacion del mes: " Hijos del Monzon" de David Jimenez ( Enero)

HIJOS DEL MONZÓN
DAVID JIMÉNEZ



EDITORIAL:
KAILAS
ISBN:
978-84-89624-31-3
DISPONIBILIDAD:
DISPONIBILIDAD INMEDIATAMore Sharing Services

Sinopsis

El continente asiático ha vivido en los últimos años la mayor, más rápida y exitosa transformación de la humanidad, sacando de la pobreza a cientos de millones de personas y mostrando al mundo que la miseria puede dejarse atrás.

Hijos del Monzón es la historia de quienes no han logrado subirse al tren de las oportunidades y que han sido a menudo aplastados por un modelo de sociedad que les ha hurtado la voz.

Los niños, a pesar de las dificultades, mantienen el coraje y la dignidad. Como Vothy, que nació con SIDA cerca del Mekong; Reneboy, que crece en un vertedero de Manila; Yeshe, un niño-monje tibetano que peregrina para encontrarse con el Dalai Lama; o Man Hon, que es autista, y cruzó la frontera entre China y Hong Kong y nunca regresó.







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